Cómo preparar la tierra después de un cultivo anterior

Ya ha pasado la primera temporada de nuestro cultivos y te preguntarás... ¿y ahora qué?

Una de las esencias para conseguir un huerto ecológico y sostenible es emplear técnicas agrícolas con el mero objetivo de aumentar la fertilidad y la estructura del suelo. Tras una primera temporada de nuestros cultivos, en la que probablemente partirías desde cero, cómo preparar la tierra va más allá, es ahora el momento clave para tener en cuenta estos objetivos y ese huerto que deseas. En este artículo, te damos las claves principales a tener en cuenta para que sepas cómo hacerlo.

Claves a tener en cuenta antes de preparar el terreno o sustrato:

No es necesario dejar un tiempo sin plantar nada entre temporadas de cultivos pero si lo haces, por motivos de planificación y logística de la huerta o por otra razones ajenas, debes tener en cuenta lo siguiente:

Los microorganismos que hay en la tierra son los encargados de mantener la estructura del suelo que posibilita que las raíces de los cultivos de nuestras plantas se desarrollen a sus anchas por la tierra. Además, son los que trituran las moléculas orgánicas para que sean asimilables por las plantas y puedan absorberlos. Esto quiere decir que tu misión principal es proteger a estos microbichitos desde que finaliza el cultivo anterior y hasta que comencemos con el siguiente.

¿Quieres saber cómo?

  • Deja las raíces de los cultivos anteriores. Si las plantas han tenido un desarrollo vegetativo sano, al limpiar la zona, puedes cortar los tallos a ras del suelo y mantener las raíces bajo tierra. Se irán descomponiendo poco a poco, aportando materia orgánica y algo muy interesante desde el punto de vista del tema que tratamos hoy, estas raíces evitarán que el suelo se compacte.

  • Abriga el suelo. Sustituye rebecas y jerseys por acolchados como paja o cartón y crea una capa térmica que proteja a los microorganismos de los cambios de temperaturas y mantienga la humedad.

  • Mantén el riego. Continuar con las mismas características,  haya o no cultivos, es fundamental para garantizar la fertilidad y estructura de la parcela a cultivar. Por tanto, debemos asegurar que el suelo no se seque, ¡baja la cantidad y frecuencia de riego lo justo para que no ocurra!.

Claves a tener en cuenta al preparar el terreno o sustrato

Trabaja en tempero para no dañar la estructura del suelo. Puedes esperar 1 o 2 días después de las lluvias o regar días antes, el tiempo dependerá de tus características del suelo, un truco es comprobar que no se te queda el sustrato o la tierra pegada a la herramienta o en el caso del suelo, al pisar no se queda pegada ninguna plasta de barro.

Esparce el abono en superficie en la zona a cultivar. Existen distintas opciones para abonar como:

  • El humus de lombriz, puedes mezclarlo o usarlo como una capa superficial y que lo vayan absorbiendo las raíces junto al agua de riego.
  • Estiércol de la zona, si vives en una zona menos urbana, siempre puedes sondear en tu entorno o comercios si conocen a alguien que tenga caballos, ovejas o gallinas, ¡seguro que estarán encantadas de darle salida!. 
  • Hacer tu propio compost casero o lombricompost, nuestra opción favorita cuando ya están iniciado en el huerto urbano y quiere dar un pasito más.  Si te animas. tenemos un artículo muy completo de cómo hacer compost, ventajas y otros cuentos

No voltees la tierra. Si has ido siguiendo los pasos anteriores, tendrás un suelo poco compactado. Sólo necesitarás apartar el acolchado y romper de forma vertical la capa superficial para romper los terrones y mezclar el abono que has puesto previamente, en caso de que sea necesario añadirlo. De esta forma, además de hacer menos esfuerzo físico, proteges los organismos del suelo al no invertir las capas y exponerlos a la superficie. Puedes ayudarte de herramientas como la horca de doble mango, horca tradicional o azada para conseguirlo. 

En macetohuertos: usa una azada de mango corto o mejor aún, una azada de mano y tridente.

Practica la rotación de cultivos. La rotación de cultivos es una técnica que consiste en evitar repetir en el mismo sitio un cultivo, uno de la misma familia o incluso de la misma parte comestible, de tal forma que las plantas se complementan en el tiempo y en el espacio para: 

  • Mantener la fertilidad de la tierra. Aprovechando los recursos de la tierra o el sustrato, tanto por familias con distintas necesidades como por plantas con distinta profundidad de raíces.

Veámoslo con un ejemplo: Una tomatera al tener un ciclo largo, consume una gran cantidad de nutrientes del suelo. Además, su desarrollo radicular, le permite consumir los nutrientes que hay en profundidad. Una lechuga en cambio, la recolectamos antes de que termine su ciclo, siendo este bastante corto y su requerimiento de nutrientes no es tan alto, sus raíces no son muy profundas y absorben los nutrientes que hay en superficie. Por tanto, ¿no crees que sería una buena idea cultivar lechugas en el mismo sitio donde antes pusimos tomates? 

  • Despistar a las plagas. Existen plagas específicas según la planta, desubicarlas al no encontrarlas en el mismo sitio es un manejo muy efectivo.

  • Menos estático. Crea un espacio agradable en el que cultivar tus alimentos, que esté en movimiento para que no te aburras y te sorprenda cada temporada.

Puedes profundizar más sobre rotación de cultivos en el siguiente vídeo y descargar la lámina de  forma gratuita.

Esta técnica hay que aplicarla siempre que sea posible, habrá momentos en los que las características del cultivo concreto no permitan aplicarla en todas las zonas cultivables disponibles de tu huerta, o que no dispongas del espacio suficiente para hacerlo. No te angusties, coge la información y adáptala a tu huerto.

El cultivo ha consumido sustrato, ¿con qué rellenamos?

En bancales elevados, jardineras y mesas de cultivo, el nivel de la sustrato va bajando. Esto es debido a dos principales razones, la pérdida de partículas que se van con el agua de riego y asimilación de nutrientes por las plantas.

La parte de sustrato que se consume,  suele ser la cantidad necesaria de abono a incorporar para el nuevo cultivo. La cantidad dependerá del tipo de hortaliza y lo voraz que sea, si le gusta comer mucho o poco.

La rotación de cultivos vuelve a jugar un papel fundamental en la cantidad de abono que le pongas.

Si has llegado leyendo hasta aquí  significa que tiene muchas ganas de aprender, estaré encantada de leer tus comentarios abajo y responder a las dudas que te surjan. ¡Nos leemos muy pronto!

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