- Huerto y Cocina
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Para comenzar con nuestro ciclo de huerto y salud, hemos elegido... el tomate! un viejo conocido por todos, y que de un modo u otro, todos amamos.
El tomate es casi todo agua, (90%), además de ser una fuente de vitaminas (A, B, C y E), y minerales, tales como potasio, calcio, fósforo, yodo, zinc, cobre, hierro, manganeso y flúor. Es diurético (aliado perfecto ahora que ha acabado el verano y hemos ganado unos kilitos de más), antirreumático (para aliviar los dolores e inmovilidades de nuestras articulaciones), reconstituyente (para la resaca) y refrescante, así como un potente disolvente de los ácidos orgánicos (para hacer una pequeña purga interior).
Visto esto, es un alimento que debe formar parte de nuestra dieta diaria, mejor crudo que cocido o frito. Además, es mejor consumirlos en su época, de variedades que no sean híbridas y bien maduros.
Tomate verde y migraña:
Para cocopot lo más importante (después de nuestro huerto :P ) son nuestros clientes. Así que os dejamos una pequeña info para aquellos que sufráis dolores de cabeza frecuentemente:
En los tomates verdes se encuentra un alcaloide denominado solacina, conocido también como tomatina, que puede provocar migraña. Por ello hay que evitar comerlos verdes a toda costa. Así que toca ser pacientes con vuestro huerto, y recoger el tomate bien rojo.
¡Consejo! Una forma de madurar los tomates verdes que puedas tener en casa es envolverlos en papel de periódico y dejarlos en un lugar fresco, seco y oscuro. Al cabo de unos días observarás que alcanzan el color rojo que andamos buscando.
Y ahora, un par de remedios caseros para los/as más coquetos/as:
¡Adiós a los puntos negros!
Parte un tomate por la mitad y frótalo en círculos sobre la zona a tratar (frente, pómulos, nariz y barbilla son las zonas predilectas por nuestros grandes enemigos). Déjalo actuar 15 minutos y pasados éstos aclárate con agua tibia dándote un ligero masaje.
Objetivo: pies sin durezas!
Un remedio barato y fácil para rebajar las durezas de los pies es hacer una mascarilla a base de tomates. Ralla los tomates más maduros que tengas (2 o 3), cuanto más blandos mejor. Pon en un recipiente el tomate rallado, y posteriormente sumerge tus pies en él durante 10-15 minutos. Cuando acabe el tiempo enjuágalos con un poco de agua tibia y pásate la piedra pómez para quitar las impurezas de los pies. Ya verás... más suaves que el culito de un bebé!
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