Para plantar raíces de equinácea, sigue estos pasos:
Elección del lugar: Elige un lugar con buena luz solar, al menos 6 horas de sol al día. La equinácea prefiere un suelo bien drenado y puede tolerar suelos secos y pobres en nutrientes.
Preparación del suelo: Prepara el suelo aflojándolo y removiendo las malas hierbas y piedras. Si el suelo es muy compacto o arcilloso, considera agregar materia orgánica, como compost o estiércol, para mejorar el drenaje y la estructura del suelo.
Espaciamiento: Las raíces de equinácea deben plantarse a una distancia de aproximadamente 45 cm entre sí, ya que las plantas pueden crecer bastante y necesitan espacio para expandirse.
Plantación: Haz un hoyo lo suficientemente profundo y ancho como para acomodar las raíces de la equinácea sin doblarlas ni apretarlas. El hoyo debe ser aproximadamente del mismo tamaño que el sistema de raíces o un poco más profundo. Coloca la raíz en el hoyo con la parte superior de la raíz (donde emergen los brotes) justo debajo de la superficie del suelo, aproximadamente a 1 cm de profundidad.
Relleno: Rellena el hoyo con tierra, asegurándote de que las raíces estén completamente cubiertas. Aprieta suavemente la tierra alrededor de las raíces para eliminar bolsas de aire y proporcionar un buen contacto entre las raíces y el suelo.
Riego: Riega bien la planta después de plantarla. Durante las primeras semanas, asegúrate de mantener la tierra húmeda pero no empapada. Una vez establecidas, las plantas de equinácea son bastante tolerantes a la sequía y requieren menos riego.
Cuidado: La equinácea generalmente no requiere mucha atención una vez establecida. Sin embargo, es útil eliminar las flores marchitas para estimular una segunda floración y mantener la planta en buen estado. Si deseas, también puedes dividir las plantas cada 3-4 años para mantener su vigor y propagarlas.