La Oruga del almendro, conocida científicamente como Orthosia Cerasi, es una plaga notoria en la agricultura, especialmente perjudicial para los cultivos de almendros, aunque también puede afectar a otros árboles frutales. Es una especie de polilla de la familia Noctuidae que es nativa de Europa, pero se ha extendido a otras regiones.
Las polillas adultas tienen una envergadura de aproximadamente 35-40 mm, con alas de color marrón grisáceo a marrón oscuro, generalmente con patrones variables de líneas y manchas. Son más activas durante la noche y suelen verse en primavera.
La etapa de larva es la que causa los mayores problemas en la agricultura. Las larvas de la Oruga del almendro son de un color verde oscuro, con una línea blanca a lo largo de cada lado y una cabeza marrón claro. Estas larvas pueden crecer hasta alcanzar unos 40 mm de longitud.
El daño a los cultivos generalmente comienza en la primavera cuando las larvas emergen de los huevos y comienzan a alimentarse de los brotes, hojas y flores de los almendros y otros árboles frutales. Las larvas mordisquean las hojas, creando agujeros y cortando los bordes, lo que puede resultar en un daño significativo al follaje.
El daño más grave ocurre cuando las larvas penetran en los frutos para alimentarse. Comienzan creando un pequeño orificio en el fruto, que luego se ensancha a medida que la larva crece. El interior del fruto se vuelve marrón y se pudre, y a menudo cae del árbol antes de madurar. En el caso de las almendras, esto puede resultar en una pérdida significativa de la cosecha.
Además del daño físico directo a los árboles y frutos, la Oruga del almendro puede facilitar la entrada de patógenos en las plantas. Las heridas creadas por las larvas al alimentarse pueden ser sitios de infección para diversas enfermedades fúngicas y bacterianas, lo que puede aumentar aún más el daño a las plantas y disminuir su productividad.
En resumen, la Oruga del almendro es una plaga que puede causar una amplia variedad de daños a los almendros y otros árboles frutales. Las larvas pueden dañar significativamente las hojas, flores y frutos de los árboles, lo que puede llevar a una disminución significativa de la producción y a la propagación de enfermedades. Por lo tanto, es importante para los agricultores y los gestores de cultivos tomar medidas para controlar y manejar esta plaga para minimizar su impacto.
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