El cultivo de abonos verdes en nuestros huertos ayuda a fijar el nitrógeno, favorece el bombeo de nutrientes, aporta materia orgánica, controla la erosión y reduce las hierbas adventicias. La siembra suele realizarse a primeros de otoño, tras las primeras lluvias, y se incorpora al suelo durante la primavera, al inicio de la floración. El uso de abonos verdes está muy extendido en agroecología, y constituye una forma ecológica de cuidar y nutrir el suelo para mejorar las cosechas y mantener un suelo vivo y sano.