AUTOR: COCOPOT huerto urbano (Lola Vicenten Almazán)
Familia: Quenopodiáceas.
La acelga es una planta de origen mediterráneo. Es una planta bastante rústica, lo que quiere decir que se adapta a un amplio espectro de climas y que aguanta bien condiciones adversas. Se asilvestra con facilidad y si nos fijamos podremos encontrarla en bordes de caminos o parcelas en abandono.
Existe un gran número de variedades de acelga. Las podemos encontrar amarillas, rojas, verde más claro o más oscuro, con la penca ancha y muy blanca, o estrecha, con las hojas rizadas... ¡Tenemos diversidad para elegir!
Las acelgas son fáciles de cultivar, precisamente por esa rusticidad. No tardan mucho tiempo en crecer por lo que podremos empezar a hacer calditos con acelgas bastante rápido.
Remolacha – Acelga
La Remolacha también es "Beta vulgaris", pero con el apellido "variedad Conditiva". Son casi hermanas, a pesar de que de una nos comemos las hojas y de la otra la raíz. Fíjate en las hojas de ambas plantas, ¡se parecen mucho!
Y ojo con las semillas... ¡son iguales!
Las acelgas en climas templados pueden sembrarse durante todo el año. En zonas frías es mejor dejar pasar el invierno y sembrar entre marzo y octubre.
Las semillas de acelga se siembran en semillero protegido en febrero y en semillero al aire a partir de marzo-abril. Para sembrar las semillas utilizaremos un buen sustrato para siembra y esqueje y macetas de turba para garantizar el éxito. Las semillas deben quedar enterradas entre 2 y 3 veces su diámetro. Tienen una germinación rápida y en 10 días podemos apreciar el verde saliendo de la tierra. Si hacemos siembra directa ponemos 2 ó 3 semillas por hoyo en una época cálida y una vez hayan germinado, aclaramos para dejar una única planta por hoyo.
El trasplante de las acelgas se realiza cuando las hojas tengan unos 10-15 cm de tamaño o cuando la plantita tenga 6-7 hojas.
Si seguimos el calendario lunar, la siembra y trasplante lo realizaremos en luna menguante, en día de hoja.
Es una planta que alcanza un tamaño considerable, por lo que si cultivamos en casa o en el jardín con mesas de cultivo, plantaremos las acelgas a una distancia de unos 30-40 cm. Necesitan suelos profundos porque tienen un sistema de raíces extenso, por lo que si cultivamos nuestro huerto en macetas, necesitaremos que éstas tengan al menos 22 litros de capacidad.
Se adapta bien a cualquier suelo mientras sea fresco, mullido en profundidad y rico en humus. Prefiere los suelos arcillosos, que retienen mejor la humedad, a los calizos o arenosos, y los alcalinos, con un pH ideal de 7,2. Para mejorar nuestro suelo podemos añadir arcilla expandida o perlita.
La acelga se adapta bien a muchos tipos de clima. Lo que la paraliza, como a mí, es el frío y a partir de los 5° detiene su crecimiento. Por debajo de los -5° se congela y las hojas sufren daños. Los cambios bruscos de temperatura pueden provocar la floración, perdiendo su capacidad de producir hojas tan grandes y sabrosas.
Le gusta mucho la humedad regular y puede aguantar ambientes de sombra, aunque le va muy bien la luz del sol.
Lo más importante es mantener una humedad regular, pues la acelga no lleva bien los periodos de sequía. Necesita un riego ligero y frecuente, por ello es ventajoso utilizar un sistema de riego exudante para mantener nuestro suelo húmedo y esponjoso. También funcionará perfectamente un sistema de riego por goteo en nuestro pequeño huerto.
Lo curioso de la cosecha de la acelga es que puede hacerse de forma escalonada. Es decir que a partir de los 30 días desde el trasplante (a los 45-50 días de la siembra) podemos empezar a cortar las hojas más grandes y periféricas, dejando el resto de la planta en la tierra. Es una planta bianual y de ciclo largo por lo que, usando esta técnica, la época de cosecha puede durar entre 100 y 150 días ¡Tenemos acelgas para entre 4 y 6 meses!
"Al cortar las hojas periféricas, salen nuevas hojas y con mayor vigor!"
Una vez la planta haya cumplido su ciclo, se puede cortar. Si queremos recoger nuestras propias semillas, esperaremos a que florezca. ¡Pero ojo! que es una planta bianual así que no florece hasta el segundo año de cultivo. Esto hay que tenerlo en cuenta para la organización del espacio.
En primer lugar es mejor cortar cualquier hoja que empiece a amarillear o tenga cualquier problema, para evitar que les pase a las demás.
Abonado: la acelga es relativamente exigente en abono, por lo que prepararemos un suelo rico en nutrientes y abonaremos regularmente. Podemos usar un Fertilizante Ecológico líquido cada 10 días, rico en nitrógeno y potasio.
Como tiene ese ciclo tan largo hay que reforzarle el abonado cada cierto tiempo, incorporando humus puro de lombriz o compost maduro a nuestro suelo. Hay que tener en cuenta que las hojas serán más grandes cuanto más abonada esté la planta así que, seamos generosos (sin pasarnos) y tendremos una hojas con las que... ¡hasta nos podremos abanicar!
A las babosas les encantan las acelgas. Como necesitan humedad constante, las babosas están como en su casa y pueden echarnos a perder nuestras bonitas hojas. Podemos proteger las plantas colocando una trampa de babosas y caracoles, son ecológicas y funcionan con cerveza. Si hay algo que les encanta a las babosas y caracoles es la cerveza, ¡más que las acelgas!. También podemos crear barreras con cáscara de huevo rota o ceniza alrededor, que evita que las babosas lleguen a las plantas y también quitarlas a mano en cuanto veamos a una husmeando por ahí.
También debido a esta humedad puede darse podredumbres en los tallos y hojas, así como ataques de roya y otros hongos. Los tratamientos preventivos con fungicida biológico rico en cobre pueden ser eficaces. Por supuesto evitar los excesos de humedad es lo primero que nos ayudará a contener a estos invasores.
Cuando veamos que las hojas empiezan a amarillear, puede ser por falta de nutrientes o por la presencia de pulgones, que debilitan a la planta. En el primer caso reforzaremos el abonado; y en el segundo, la presencia de tijeretas y mariquitas ayudan a su control. Si nuestra terraza o balcón no tiene todavía una diversidad como para que tengamos esta fauna, realizaremos tratamientos preventivos a base de aceite de neem, purín de ortiga o ajo de forma preventiva, o de pelitre de forma directa, nos ayudarán a combatirlos.
Las acelgas crecen muy bien con casi todas las hortalizas, pero van mejor con judías de mata baja, zanahorias, nabos y rábanos.
Es una planta con propiedades diuréticas, laxantes y relajantes, así que un buen guiso con acelgas por la noche nos ayudará a dormir mejor. Además de un poco de hierro, contiene vitaminas A,B, C y K.
"Un último consejo: no conviene plantar más de 3 ó 4 matas de acelga ya que como se cosechan de forma escalonada, tendremos muchas durante mucho tiempo ¡y podemos terminar por no saber qué hacer con ellas!
Por supuesto, seguro que nuestro vecino está encantado de compartir las verduras de nuestro huerto urbano"
Nutritivas, relativamente rápidas y muy, muy ricas, os sorprenderéis de lo productivas que pueden ser las acelgas.
¡Esperamos vuestras consultas, dudas y aportaciones en la sección de comentarios (un poquito más abajo)!
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